Las penas de la guerra

Pues sí, es verdad, los ricos dan menos pena que los pobres. Analizo la población que ha podido escapar de Ucrania. Hay niños que han tenido suerte dentro de la desgracia que supone tener una guerra en su país. Las familias que tuvieron dinero, información, relaciones, en fin, posibilidades de huir a tiempo, por fortuna están a salvo. Recogieron el amor y las atenciones de las personas dispuestas a ayudar. Y ahora, suponemos, que aparte del sufrimiento de saber que amigos parientes y país están viviendo una guerra, su situación es envidiable comparativamente.

Por ser pobre, no tienes nada.

Por ser pobre, mujer y joven, ahora en Ucrania tienes mayores posibilidades de que te violen, de que te mate un misil, de que tengas que mal vivir en un refugio, que te falte la comida, que se mueran personas cada día, que asesinen cada día, que tu abuela sea la protagonista de una fotografía en la que una anciana está sentada sobre los escombros de su casa. Nada se mueve a su alrededor y el único paisaje son los edificios derrumbados y los cadáveres tirados en el suelo.

Sí, ser pobre es mucho peor.


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